Redacción por: Saray Moreno.
El segundo día del Festival Internacional Ibagué Ciudad Rock, edición XXIII – 2024, intensificó aún más la energía vivida desde el inicio. Con un cartel diseñado para las y los amantes del ska, el reggae, el indie, el pospunk y el rock nacional, el público del día 2 de esta versión del ICR disfrutó de una descarga de ritmos a cargo de bandas locales, nacionales e internacionales. Con esta apuesta y lo que promete el tercer día, Ibagué se consolida, una vez más, como la capital del rock.
Si usted es de las personas para quien llegar temprano a un festival no tiene sentido y prefiere esperar hasta que se presenten las últimas bandas, permítame decirle que comete un error, porque el cartel del ICR está cuidadosamente diseñado, desde el primer acorde hasta el cierre, para satisfacer a cualquier amante del rock, sin importar si es indie, metalero, punk, rude boy, rude girls o un romántico. Así, aunque con poco público, Trébol abrió el segundo día del festival con una potente descarga de rock and roll. Esta banda ibaguereña, que recientemente se ha consolidado, subió al escenario del ICR con una energía contagiosa –típica de las fiestas de los 70 en donde la revolución del Rock and Roll era el epicentro de la vida social de los jóvenes– y promete futuros proyectos, como el lanzamiento de su EP en los próximos meses.
Otra de las bandas encargadas de dar apertura al segundo día del festival fue APUNK – ALIPSTICK. Directamente desde Popayán, esta agrupación trajo a la XXIII edición una refrescante propuesta de punk rosa, cargada de sintetizadores y una puesta en escena muy al estilo excéntrico de Bowie y Lauper. Su espectáculo, marcado por una crítica satírica a las enfermedades mentales y la cotidianidad del consumo de ansiolíticos, dejó una marca en el público, que ahora espera con ansias su próximo lanzamiento, titulado “Anxiety”.
El cambio del punk rosa y el toque disco de los 80 al rock nativo se dio gracias a la presentación de El Trío de las Tres N, que ofreció una interpretación vibrante de canciones tradicionales al mejor ritmo del rock, logrando que el público, cada vez más numeroso, se sumergiera en un ambiente de baile y emoción alrededor del festival. Y es que, si usted es de las personas que aún disfruta oyendo a los Joselito o las canciones tradicionales que han marcado a generaciones de colombianos, pero lo quiere hacer al mejor ritmo del rock, esta banda es la indicada.
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Si el metal y el rock son movimientos de tipo traslacional –que, según la física, se refieren al tipo de movimiento que va arrastrando o consumiendo a lo que se le atraviese– el ska es una sustancia de alto potencial adictivo. Aunque la música de Kandall se destaca más por su influencia de reggae/R&B y ritmos latinos, su presentación elevó el ambiente del festival a un nuevo nivel y dio paso a la presentación de dos bandas representativas del fenómeno ska: una de origen local y otra de origen nacional. La primera banda en presentarse fue Atrapamoskas, agrupación de la ciudad que, aunque tiene poca trayectoria en escena, ha sabido ganarse el respeto y la admiración de diversos oyentes. Y es que Las Moskas arrasan por donde pasan; el pogo y el disfrute son un asunto obligado en sus presentaciones. Así quedó demostrado en el escenario del ICR, donde, al igual que en otros escenarios de importancia local y nacional, Las Moskas demostraron por qué son, en este momento, la banda de ska más relevante de la región. El cierre de este frenetismo de pogeo estuvo a cargo de The Klaxon, una institución del ska y el reggae colombiano que, con sus ritmos fulminantes, hicieron vibrar el suelo ibaguereño. Desde el centro del parque El Centenario, el pogo se movía con la seducción de un abismo o de un huracán del cual es imposible abstenerse.
NoProcede fue la banda internacional que abrió esta última sección del cartel del segundo día del Festival Ibagué Ciudad Rock. Esta agrupación de origen madrileño, con más de 10 años de trayectoria, se presentó al mejor estilo del rock alternativo, el pop y el punk. La música de NoProcede se caracteriza por melodías pegajosas y riffs de guitarra enérgicos. Sus letras, a menudo introspectivas, reflejan la realidad de la juventud contemporánea, abordando cuestiones como la identidad, la lucha y la esperanza. Acto seguido, el escenario dio paso a Calling Dealer, una agrupación local que realizó su primera presentación en los escenarios del ICR, nada menos que con el honor de ser teloneros de la banda encargada de cerrar este día del festival, Los Aterciopelados. Calling Dealer es una banda que, junto con MEDVED, se disputan el reconocimiento como la mejor banda de rock alternativo de la ciudad.
Aterciopelados es una agrupación que se presenta por sí sola pues ha marcado a toda una generación de colombianos desde la época de los 90, hasta la actualidad. Es por eso por lo que su impacto no es solo vanguardista sino también generacional. Sus canciones han acompañado a una generación marcada por una politización y radicalización en donde los movimientos estudiantiles y juveniles fueron protagonistas, además de mensajes contundentes de marcada línea ambientalista, feminista y popular, lo que la convierte en una agrupación con bastante reconocimiento entre adultos y jóvenes. Este fue precisamente el público que estaba a la espera de los Atercio: familias enteras, madres, abuelos, esposos, mujeres, jóvenes, rockeros, feministas, animalistas, ambientalistas y figuras de la política local. Temas como Cosita Seria, Florecita Rockera, Maligno, Baracunatana, Bolero Falaz y Rompecabezas, entre muchos otros, fueron coreados por un amplio público, que llenó el espacio, extendiendo su energía hasta muchas cuadras del centro de esta ciudad de la furia llamada Ibagué.
Este segundo día del Festival Internacional Ibagué Ciudad Rock no solo reafirma la importancia cultural del evento sino también su capacidad para unir a diferentes generaciones bajo un mismo techo musical. La diversidad sonora presentada refleja no solo la riqueza del rock colombiano e internacional sino también su poder para generar conexiones emocionales profundas entre artistas y público. Con un cartel tan variado y actuaciones memorables como las vividas este día, Ibagué se posiciona firmemente como un epicentro cultural donde cada acorde cuenta una historia compartida por todos los asistentes. La expectativa por lo que traerá el tercer día es palpable; sin duda será otra jornada inolvidable en esta celebración continua del rock.